Buscar este blog

lunes, 22 de mayo de 2017

Mi motivación para escribir.



Hola a todos, en primer lugar un comentario técnico. Sé que algunos me seguíais a través del registro de vuestro correo en mi blog.  No sé exactamente si es por los cambios técnicos que ha introducido Google en el blog o por el tiempo transcurrido sin escribir, el caso es que si queréis que el blog os avise automáticamente cuando haya alguna entrada tendréis que registraros de nuevo. Perdonad las molestias.

Y ahora al grano.

Querida Mirta, la conversación que mantuvimos en la Ventana Natural me ha motivado a seguir contando mi historia y te estoy muy agradecido por esto. He sentido muchas veces que tenía que seguir escribiendo, pero la pereza, los cambios en nuestras vidas, las dificultades y otras vicisitudes nos hacen sentirnos remolones y faltos de motivación. Nuestro intercambio de ideas, compartir puntos de vista, pero sobre todo compartir un cáncer, nos hace conectar de una forma especial. Ya he sentido esta sensación muchas veces. Podemos hablar con muchas personas que nos quieren sobre lo que nos pasa, incluso con nuestras parejas. Sin embargo cuando hablamos con alguien que está en la misma lucha que nosotros se establece esa conexión especial de dos personas que saben perfectamente que siente la otra, que miedos han pasado por su cabeza, que ansiedades han sufrido y todo esto sin necesidad de decir una palabra. También nos hace querer hablar nuestras experiencias.  Gracias por hacerme sentir de nuevo que tengo algo que transmitir. Piensa Mirta que tu ya has cambiado algo y aportado algo muy positivo a mi vida. Espero no defraudaros.

Bueno ahora toca la experiencia positiva del pasado.

Después del autotransplante, hay un periodo de seis meses en el que no se trata a los pacientes con quimioterapia y por tanto hay un periodo de descanso en los tratamientos solo con seguimientos periódicos de análisis.

En este periodo estaba, y esta vez con el alta médica en el trabajo, así que no recibí ninguna llamada de la inspección médica durante este nuevo viaje al Caribe. Mis inseparables amigos Paco y Paloma y esta vez mi hija María Jesús y su marido Alfredo, que tuvieron la sensibilidad de compartir su viaje de novios con nosotros. No sabéis el inmenso orgullo que se siente cuando tus hijos además de eso son también tus amigos.


Piña colada

No podéis imaginaros lo bien que lo pasamos y lo que disfrutamos juntos. ¡Compartir estos momentos cuando poco antes ni siquiera sabía si iba a poder acompañar a mi hija al altar!. Doy gracias a Dios por todos los momentos que me ha dejado vivir junto a mi familia.

La feliz pareja

 Estábamos Paco, Alfredo y yo tomando una copa en el bar de la piscina, contándole a un médico español que habíamos conocido en aquel momento quienes éramos cuando Alfredo le dice que está en viaje de novios con su esposa. El médico le dice, ah, entonces ¿te has venido de viaje de novios con tus padres y tus suegros? Y Alfredo le responde, bueno, en realidad me he venido con mis suegros y con mi jefe (Paco), con el consiguiente pitorreo general.

A pesar de las connotaciones, lo pasamos genial y creo sinceramente que la feliz pareja también.

Esto también tiene el Caribe, puedes estar tomándote una copa en la piscina y de repente tener que taparla porque cae un aguacero que la diluye, pero 10 minutos después el sol vuelve a picar.
 
Aguacero en la piscina

Regresamos a casa y después de los preceptivos 6 meses de descanso el protocolo dice que de forma preventiva hay que tratar a los pacientes, en aquellas fechas con Talidomida. No obstante en mi caso esta se había mostrado demasiado agresiva con mis defensas y con mi hemoglobina y como en estos casos el protocolo lo permite comencé tratamiento con Lenalidomida 15 mg, un derivado de la Talidomida, pero con efectos menos tóxicos que esta.

Eran sesiones de 21 días con una semana de descanso.

Inicialmente todo fue bien, pero posiblemente por mi insuficiencia renal, que me impide eliminar en los plazos correctos los compuestos químicos y estos se quedan mas tiempo en mi organismo provocando mas efectos de lo que debieran, o simplemente porque tengo una cierta sensibilidad a este compuesto, lo cierto es que después de unos meses la Lenalidomida me provocó una bajada de defensa y de hemoglobina brutal, creo recordar que el médico habló de un síndrome tóxico de grado 4, por lo que hubo que suspender el tratamiento.

Lo cierto es que en el resto de los parámetros estaba en remisión, por eso también los médicos decidieron suspender toda la medicación.

El resultado, espectacular, desde el 2012 en remisión total hasta hace unos 14 meses. Cuatro años. Todo un record para quién los libros de medicina pronosticaban una muerte máximo a los dos años.

Ahora os quiero contar que es lo que a mi juicio yo he hecho para conseguir estos resultados, que se salen de las estadísticas (me encanta romper las estadísticas y os animo a que os retéis a ello).

En primer lugar sobre la actitud positiva, visualización mental y recreación de emociones os llevo hablando desde que inicié este blog.

En segundo lugar seguir a rajatabla las indicaciones de los médicos del Hospital, en mi caso del Hospital Universitario de San Juan de Alicante. Sus tratamientos siempre van orientados a sacudirle duro al cáncer con los medios autorizados de que dispones. Afortunadamente en el tratamiento del mieloma múltiple se ha avanzado enormemente, quizás sea uno de los cánceres donde mas se ha avanzado y donde mas tratamientos nuevos han ido autorizando en el sistema de salud público.
En tercer lugar recurrí también a la medicina natural. Quizás esta es la parte a la que mas reticente está la medicina tradicional, pero no estamos hablando de curanderos ni de nada que se le parezca. Estamos hablando de ciencia pura y dura.

Conocí al Dr. X a través de unos amigos. Lo llamaré Dr. X pues ni él está interesado en que yo facilite su nombre, ni yo estoy interesado en facilitarlo, por razones que entenderéis a medida que os vaya contando esta historia.

Durante algún tiempo desarrollamos lo que podría llamarse una hermosa amistad y solo después de algunos meses es que me decidí a comentarle profesionalmente mi caso.

El Dr. X es especialista en lo que el llama bioquímica nutricional y otros llaman medicina ortomolecular. La realidad es que basado en la ciencia me indicó una serie de análisis que tendría que realizarme en un laboratorio privado pues la medicina pública está muy enfocada a la enfermedad, es decir a curar la enfermedad que actualmente te aqueja utilizando para ello todo su arsenal químico. No obstante no se para a pensar, ni a buscar los motivos por los cuales tu organismo ha dejado que desarrolles esa enfermedad.

Y ese es el motivo de esos análisis y de esa búsqueda.

A raíz de esos análisis descubrimos que tenía varios problemas importantes. El primero de ellos fue un análisis de metales pesados descubriendo que tenía una intoxicación de mercurio y aluminio importante.

Como ya he explicado con anterioridad, todos ingerimos de forma continuada metales pesados. Mercurio procedente principalmente de los pescados, cuanto mas grandes mas mercurio pues es un proceso acumulativo. Aluminio, presente hoy en multitud de elementos, empezando por el papel de aluminio con el que envolvemos habitualmente las comidas, así como los blíster de medicamentos y suplementos alimenticios. Arsénico procedentes principalmente de las filtraciones a los acuíferos de raticidas usados para combatir a estos roedores.

En fin, la vida moderna. Lo habitual es que el organismo produzca un aminoácido, el glutatión, que junto con el selenio hacen que se eliminen de forma natural del organismo estos metales pesados. Por desgracia hay un porcentaje de personas que no producen este aminoácido y por tanto no eliminan de forma natural los metales pesados, personas entre las que por desgracia me encuentro, pero que son mucho mas frecuentes de lo que podríamos imaginar. Esto hace que los metales pesados se acumulen en los huesos en sustitución del calcio, formando importantes depósitos con el paso de los años. También se acumulan en el cerebro, provocando algunos trastornos como pérdidas de memoria.

Lo que es evidente es que el mercurio en el organismo provoca cáncer según las autoridades de la propia Unión Europea, que lo ha prohibido en termómetros y otros, aunque como ya os conté ha tenido la desfachatez de no prohibirlo en las amalgamas dentales (mal llamadas de plata, pues tienen mercurio) que algunos dentistas todavía nos ponen en la boca.

Continuará….

Ahora toca despedirme, no voy a cambiar mi grito de guerra y rebelión contra las circunstancias que nos afectan.

Nosotros ya hemos ganado.