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jueves, 1 de junio de 2017

Y la vida continua

Os estaba contando en mi anterior entrada lo que los análisis que me hice descubrieron, ya os hable de mi intoxicación por metales pesados.

El segundo punto que encontramos fue que di negativo en la presencia del virus Epstein Barr y Citomegalovirus, pero si positivo en la presencia de anticuerpos de ambos. En el caso de Epstein Barr con unos valores elevadísimos. Esto significa que en estos momentos no tenía infección por estos virus, pero la había tenido.

Al virus Epstein Barr se le relaciona con algunos tipos de cáncer y al citomegalovirus no como generador de cáncer pero sí como acelerador de algún tipo concreto.

El tercer análisis que estaba fuera de los parámetros era el análisis de Vitamina D o 25 hidroxicolecalciferol. Según el Dr. X, de todos los pacientes con cáncer que ha tratado en su consulta, todos, sin excepción han mostrado niveles de vitamina D muy por debajo de lo normal. Yo no iba a ser una excepción. Mis niveles estaban dentro de la banda mas baja, dentro de la banda de la insuficiencia.

Parece ser que el mecanismo en el que se interrelaciona la vitamina D y el cáncer es algo mas complicado, el cuerpo humano se regenera y cada cierto tiempo nuestro organismo es un organismo nuevo. Nuestro sistema de regeneración incluye un sistema de calidad. Una lectura del ADN de las células que está creando, para comprobar que el ADN se corresponde con el nuestro. Si esta nueva célula tiene alguna mutación en el ADN, la destruye y vuelve a comenzar el proceso de regeneración. 

Evidentemente en las personas con cáncer, este sistema de calidad falla estrepitosamente. Uno de los elementos que intervienen en este control de calidad es el calcio y la vitamina D desarrolla un papel muy importante en el control del Calcio en la sangre.

Como efecto secundario del mieloma y de la intoxicación de metales pesados me ha quedado una insuficiencia renal (niveles de creatinina oscilando entre 1,9 y 2,4).

También, y esto no tiene nada que ver con mi cáncer tengo un fallo en la cadena de asimilación de la glucosa que al no poder asimilarla correctamente la transformo en triglicéridos y da cómo resultado un hígado graso. Además de niveles elevados de colesterol, que también tenía.

Y este fue el tratamiento a base de productos naturales que he seguido y en algunos casos todavía sigo para todos estos descubrimientos.

En primer lugar seguir a rajatabla los tratamientos indicados por los médicos del hospital evidentemente con la quimioterapia y como único medicamento Seguril para la insuficiencia renal. 

La medicina natural nunca trata de sustituir a la medicina tradicional, sino de complementar sus lagunas, tratar de eliminar las causas que provocaron que el organismo adquiriera la enfermedad, que normalmente es bien tratada por la medicina tradicional, pero que no se para a buscar y subsanar los orígenes.
Para el tratamiento de los metales pesados hay que poner en marcha lo que se llama proceso de quelación. Es un proceso delicado que hay que realizar bajo supervisión médica, pues están documentados casos de muerte en este proceso. Si se liberan demasiado deprisa los depósitos de mercurio que tenemos acumulados durante años en el cuerpo, se corre el riesgo de liberarlos de repente en el sistema circulatorio y que el paciente se intoxique.

En mi caso necesité algo mas de dos años tomando una pastilla de glutatión y otra de selenio en el desayuno, así como dos píldoras de ajo en las comidas para que los niveles de mercurio en sangre bajaran por debajo de los límites mínimos.

En cuanto a la lucha con los virus estuve tomando 1 pastilla de equinácea durante bastantes meses para potenciar el sistema inmunológico.

La deficiencia de vitamina D, la combatí tomando vitamina D3 líquida, primero 15 gotas diarias de 1.000 UI por gota, después cuando los niveles mejoraron 10 y luego 5 diarias (con seguimiento de análitica cada dos meses). Tengo que resaltar que este es otro proceso que hay que realizar con control y tranquilidad pues niveles altos de vitamina D en sangre pueden ser tóxicos.

El fallo renal lo he estado y lo sigo tratando con 3 pastillas diarias de Abedul, Diente de león y Herniaria, además del Seguril. Para los que tienen alguna duda acerca de la efectividad de estas plantas, debo decir que en algunos momentos que dejé de tomar estas pastillas pero seguí tomando el Seguril, los análisis de creatinina se fueron inmediatamente a la banda del 2,4 mientras que bajaron a la banda del 1,9 en cuanto lo retomé. Tened en cuenta que me hacen este análisis cada semana antes de la quimioterapia, para ver si mis riñones siguen aguantando, pues al fin y al cabo, la quimioterapia se elimina a través de ellos.

Para el colesterol y los triglicéridos, además de controlar la alimentación, una pastilla de krill tres veces al día y otra de lecitina de soja. El colesterol lo tengo regulado, los triglicéridos todavía no, pues una de las cosas que me ponen con la quimioterapia (dexametasona, corticoides) me genera una hiperglucemia, que no tengo mas remedio que tratarme con una pauta de insulina, con el resultado de que azúcar alta, en mi caso son triglicéridos altos.

La semana que viene os hablaré de la alimentación. Parte importante de mi tratamiento.

Ahora es el momento de compartir con vosotros momentos felices que he conseguido vivir, gracias a no haber tirado la toalla nunca.

En esta fase son tantos que creo que voy a dejar que las fotografía hablen por mi.

De nuevo la posibilidad de viajar a Angola, aquí me tenéis en el “Miradouro da Lua"



Reunirme de nuevo con mi familia angoleña y disfrutar de su compañía los fines de semana en la Ilha de Mussulo



Alguna nueva visita al Caribe, Punta Cana, a cargar baterías.


 De nuevo Angola con lo mejor del país, su gente.



Una escapada a una casa rural cerca de Cuenca con la familia, hijas, hijos, sobrinos, novios, incluida una visita a la Ciudad Encantada y frío, mucho frío.


Y en Navidad, el mejor regalo que le pueden hacer a cualquier persona.


Como podréis imaginar, me fué imposible leer esto en voz alta sin llorar a lágrima viva. Papá, mamá se que estaríais orgullosos de que lo que me habéis enseñado haya pasado a la siguiente generación. Estáis mas vivos que nunca. Siempre os llevaremos en el corazón.

No es un mal bagaje para quién entró en el Hospital en fase terminal hace ya algo mas de seis años y aún me faltan muchos momentos felices que contaros, otros no tanto, pero así es la vida. Como os he dicho y os seguiré diciendo hasta que seáis capaces de interiorizarlo y creer en ello, la vida no se acaba con el cáncer.

Repetid conmigo todas las veces que haga falta:

Nosotros ya hemos ganado.