Buscar este blog

martes, 20 de junio de 2017

Mis Bodas de Perlas

Hoy es de nuevo 19 de junio, hoy celebro mis Bodas de Perlas. La verdad es que no sabía que se llamaban así hasta esta mañana que lo leí en internet. Pero lo llame como lo llame, siguen siendo 30 años felizmente casado. Ya han pasado 5 años desde mis bodas de plata, evento que no sabía si iba a poder celebrar. Aunque como os he comentado en alguna ocasión a partir de 20 años y un día ya suena a cadena perpetua, no hay nada mejor en esta vida que tener con quien compartir las penas y las alegrías que nos depara y nada mas motivante que estar mas enamorado de tu esposa que el día que te casaste.

Quiero compartir una vez mas este momento de alegría con todos vosotros, máxime cuando, en principio, yo no debería estar viviéndolo. Pero quiero compartirlo porque quiero haceros una reflexión. Hoy en un grupo en el que acabo de ingresar he leído de alguien que está cansada de la terminología militar que a veces usamos cuando hablamos de la lucha contra el cáncer y que está cansada de luchar y que una buena actitud consiste en la gratitud cotidiana y en la paz y no en la guerra. Es obvio que respeto cualquier disposición personal, pero no puedo compartirla y me ha puesto triste. A mí la lucha y la guerra me ha permitido llegar a donde estoy y poder disfrutar de todos estos momentos que estoy compartiendo con vosotros y lo que pienso es que vosotros también podéis conseguirlo. Es mucho lo que podemos hacer para ayudar a nuestro organismo a superar la enfermedad.

Mi situación económica no es ni parecida a cuando celebré la boda de mi hija y mis bodas de plata, principalmente por la crisis del petróleo de Angola y por la historia que comencé a contaros la semana pasada, historia de un sueño roto, que me vais a permitir que esta semana me salte el capítulo de esta historia, pues no encaja con mis Bodas de Perlas, prometo seguir con ella la semana que viene. Pero mi alegría es la misma, por eso dejadme compartir este momento de forma gráfica.




No quiero hacer proselitismo, simplemente quiero contar mi vida y que cada uno saque sus propias conclusiones y tome sus propias acciones. 

Si resumiera las claves y las armas de mi lucha contra el cáncer, que os he ido contando en mis anteriores entradas, estas serían las líneas maestras:

1º) Estricto seguimiento de los diferentes tratamientos que mi hematólogo me ha ido indicando.

2º) Búsqueda de causas subyacentes mediante análisis de metales pesados, análisis de vitamina D y otros.

3º) Eliminación de mi intoxicación por metales pesados, eliminación del déficit de vitamina D, regulación de otros parámetros alterados tales como colesterol y triglicéridos. Potenciación del sistema inmune. Todo ello mediante análisis y toma de productos naturales.

4º) Dieta nula en azúcar, hidratos de carbono de fácil asimilación como patatas cocidas y zanahorias cocidas, nada de grasas y embutidos, rica en pescados azules y sin atún salmón ni pescados grandes (por el mercurio).

5º) Ayuda para disminuir los efectos secundarios de la quimioterapia, principalmente las molestias gástricas mediante la toma de flora bacteriana y protectores gástricos naturales.

6º) Pensamiento positivo y utilización de emociones curativas.

De este último punto, aunque ya os he hablado, me gustaría desarrollarlo de nuevo.

Desde hace muchos años he sido un enamorado del pensamiento positivo. La mayoría de la presión negativa en todos los sentidos nos la ponemos nosotros, mas que los hechos en si mismos. Gastamos enormes cantidades de energía en imaginarnos todas las cosas negativas y horribles que nos van a pasar, sintiendo lo infelices que vamos a ser y muchas veces estas cosas no ocurren.

Dejadme que os ponga un ejemplo, que dada mi formación comercial he puesto muchas veces a quienes trabajan conmigo.

Eres comercial y mañana tienes una reunión con tu mejor cliente a las 12 de la mañana. Lamentablemente tus obligaciones familiares y profesionales no te han permitido preparar la reunión y sabes que va a ser una reunión difícil, con preguntas complicadas que no sabes si vas a ser capaz de responder al cliente. Llegas a la oficina de mal humor y contestas mal a tus compañeros, que no tienen la culpa de nada. Tienes otra reunión con alguien que todavía no es cliente, antes de la importante y tampoco tu actitud ayuda en nada a que sea positiva, solo tienes en la cabeza que puedes perder a tu mejor cliente,  que la culpa será tuya por no haber podido preparar la reunión y que puedes ser despedido por ello.

Finalmente y una hora antes de la reunión te llama tu cliente y te dice: Me tienes que perdonar, pero me ha surgido un problema urgente que tengo que resolver y tenemos que aplazar la reunión para dentro de dos días. Te pido disculpas.

Salvado por la campana. Pero analicemos la situación. ¿Quién ha puesto todo su energía en imaginarse todo lo malo que nos iba a ocurrir? ¿Ha ocurrido finalmente? ¿No ha sido una energía malgastada? ¿Quién ha molestado a sus compañeros con su actitud? ¿Quién ha perdido posibilidades de conseguir un nuevo cliente? Y todo esto ¿para qué?

Es evidente que no podemos hacer nada para cambiar los eventos externos y que no dependen de nosotros. No podríamos haber hecho nada para que al cliente le surgiera algo urgente. ¿Qué es lo que podemos cambiar? Nuestra actitud y nuestros pensamientos ante esos hechos externos. Ahí si que podemos trabajar. ¿Cómo? Cambiando nuestros pensamientos. No hemos podido prepara la reunión. Pero podemos confiar en que nuestros conocimientos puedan ser suficientes para contestar a los retos que el cliente nos ponga encima de la mesa. Podemos confiar en que nuestros compañeros, a los que no hemos maltratado y estarán receptivos a ayudar puedan aportar alguna solución si es necesario y podemos confiar en que si no tenemos la solución en el momento seremos capaces de transmitirle al cliente que queremos estudiar la mejor solución para sus problemas y que nos tiene que dar un tiempo para analizarla y proponérsela.

Insisto, no podemos hacer nada para cambiar los hechos externos, pero si podemos hacer mucho para cambiar nuestra actitud hacia estos hechos. Al cambiar nuestra actitud y nuestros pensamientos hacia esos hechos, cambiamos también nuestros sentimientos y emociones hacia los mismos y estos cambian las respuestas fisiológicas de nuestro organismo. 

Es evidente que hemos malgastado una enorme cantidad de energía negativa imaginándonos lo que iba a ocurrir y que finalmente no ocurrió. Entonces ¿para qué? Malgastamos gran parte de nuestra vida y de nuestra energía potenciando nuestros miedos y ahí es donde cometemos un gran error.

Eso sí, siempre acabo diciéndole a mi personal, la proxima vez procura preparar la reunión.

Como ejemplos de lo que digo, os facilito algunos enlaces acerca de la pisoneuroinmunoendocrinología, ¡uff! que palabro, donde podéis leer los artículos completos de los que extraigo unos pequeños textos, pero cada día podemos tener mas claro que las emociones a las que nos vemos sometidos pueden deteriorar nuestro sistema inmunológico.
“El avance científico en el campo de la psiconeuroinmunoendocrinología ha facilitado un nuevo entendimiento acerca de la importancia del ambiente social y estilos de vida como factores mediadores del impacto negativo en la salud física y mental del individuo. Esta claramente establecido que este impacto negativo propicia el desarrollo de un significativo número de enfermedades de carácter sistémico como por ejemplo, la inflamación crónica, la artritis reumatoide, fibromialgia, fatiga de las glandulas suprarrenales, enfermedades cardiovasculares, hipertensión, diabetes tipo 2, obesidad, síndrome metabólico, asma, cáncer, depresión, y otras enfermedades inmunosupresoras.”

Manolete Moscoso,Ph.D.
University of South Florida/Health Schools of Medicine, Public Health, and Nursing


http://www.scielo.org.pe/scielo.php?pid=S1729-48272009000200008&script=sci_arttext

“CONCLUSIÓN
En modelos animales experimentales y en observaciones clínicas y experimentales en seres humanos, se ha mostrado que las hormonas del estrés modulan el funcionamiento del sistema inmunológico. En condiciones de estrés con altos niveles circulantes de glucocorticoides y catecolaminas se presenta generalmente reducción significativa o supresión del funcionamiento del sistema inmune; por otro lado, se ha descrito que organismos con niveles reducidos de glucocorticoides, adrenalina y noradrenalina de manera crónica, presentan mayor propensión para
el desarrollo de enfermedades autoinmunes. La influencia del estrés y sus hormonas sobre el funcionamiento del sistema inmunológico es un aspecto fundamental a tomar en cuenta en el tratamiento de las enfermedades infecciosas, autoinmunes y en la cicatrización de heridas; ya que el estrés, al disminuir el funcionamiento normal del sistema inmune, puede prolongar el tiempo de tratamiento, lo cual aumenta el número de recaídas y empeora las condiciones de salud del paciente, aumentando los costos socia les y económicos del tratamiento.”

Departamento de Biología Celular y Fisiología, Instituto de
Investigaciones Biomédicas, UNAM.
http://revmexneuroci.com/wp-content/uploads/2014/06/Nm061-05.pdf

Pues si tenemos claro que las emociones negativas de stress son capaces de influir negativamente en nuestro sistema inmunológico y empeorar nuestra salud, tenemos que tener claro lo contrario, es decir que las emociones positivas son capaces de influir positivamente en nuestra salud.

¿No se os ocurre nada, por tanto para ayudarnos a mejorar nuestra salud? Yo creo que es evidente que tenemos la facultad de utilizar un arma muy fuerte que nos ha dado la naturaleza, la imaginación.

Permitidme haced un pequeño experimento, quiero que recordéis uno de aquellos momentos felices de vuestras vidas. Quiero que ahora cerréis los ojos y rememoréis con todos los detalles que os sea posible ese momento, que volváis a sentir lo que sentíais entonces. Mantened las sensaciones en vuestra mente durante un rato.

Casi puedo afirmar sin temor a equivocarme que a todos, aunque no lo hayáis buscado, se os ha puesto una sonrisa de tontos, perdonadme la familiaridad.

Pensad ahora, no ha sido necesario que en este momento me haya ocurrido el hecho que ha motivado estos sentimientos positivos, ha bastado que mi imaginación los recuerde, como tampoco es necesario que sea un hecho real, como cuando nos imaginamos que vamos a morir de cáncer, nadie sabe como va a morir antes de que ocurra, entonces tampoco es necesario que sean hechos reales los que nos podemos imaginar que nos van a ocurrir de forma positiva, podemos hacer que nuestra imaginación genere esos pensamientos positivos y sienta las emociones asociadas a ellos.

¿Que como creo que funciona? Lo expliqué ya en mi entrada la primera quimioterapia, pero lo puedo reproducir de nuevo, pues hace ya mucho tiempo de su publicación.

“¿como luchar con los pensamientos que una y otra vez vienen a mi cabeza? Tengo cáncer. No tiene cura. La esperanza de vida es corta.

Los que alguna vez hayáis trabajado en el desarrollo de software habréis vivido esta experiencia, con toda seguridad. Todos mis amigos programadores la han vivido en un momento u otro. A todos nos ha ocurrido dedicar mucho tiempo a resolver un problema y probar innumerables alternativas que han ido fracasando una detrás de otra. Cuando el cansancio nos ha vencido nos hemos ido a dormir sin resolver el problema.

Estando profundamente dormidos, de repente, a las tres o las cuatro de la mañana, nos hemos despertado de un salto ¡eureka! ya se cual es la solución, a la vez que sobresaltábamos a nuestras parejas. Nos hemos levantado, la hemos probado y hemos comprobado con estupor que funcionaba. Mientras nosotros dormíamos nuestra mente subconsciente ha seguido trabajando para nosotros hasta encontrar la solución y cuando la ha encontrado, nos ha despertado.

La mente subconsciente es la que nos hacer reaccionar ante una situación de peligro o miedo y nos hacer realizar proezas físicas que en otras condiciones no seríamos capaces de hacer. Estoy seguro que todos conocéis algún caso de esto.

La mente subconsciente trabaja de forma diferente a la mente consciente. Somos lo que pensamos ¿porqué?

Porque cualquier cosa que tu mente consciente asuma y crea que es cierta, la mente subconsciente se pondrá a trabajar para convertirlo en realidad. Cuanto mas repetimos algo a nivel consciente, mas fuertemente se graba a nivel subconsciente. Cuanto mas fuertes sean los sentimientos que acompañan a estas repeticiones, mas fuertemente se graba en la mente subconsciente. Y funciona en todos los sentidos, cuando nos imaginamos lo malo que nos va a pasar y lo acompañamos con los sentimientos negativos que nos genera y lo repetimos una y otra vez, ponemos a nuestra mente subconsciente a trabajar para convertir lo que cree cierto en realidad. ¿Porqué entonces trabajar con ella con los miedos y las negatividades? Funciona en los dos sentidos.

¿Como luchar con los pensamientos que una y otra vez vienen a mi cabeza? Tengo cáncer. No tiene cura. La esperanza de vida es corta.

Cada vez que uno de estos pensamientos me asalta, cierro los ojos y me encuentro en la consulta de mi hematólogo. Mira los análisis que me acaba de hacer y me dice: José María, estás curado. Y siento la alegría interior que sentiré cuando realmente me lo diga. Ya lo sé, no es racional. Pero es real.

Cada vez que cambiemos ese pensamiento negativo por esta imagen positiva estaremos poniendo a nuestro subconsciente a trabajar en conseguirlo. Cuanto mas fuerte sea el sentimiento de alegría que sintamos, mas fuertemente lo estaremos grabando allí dentro, en nuestro subconsciente y mas pronto y con mas fuerza se pondrá a trabajar para conseguirlo. Insisto, ya se que no es racional, pero insisto, es real.”

La verdad es que no me puedo quejar, a mí, hasta ahora no me ha ido mal y por eso he querido compartir lo que yo he hecho para combatir con todo lo que se me ha ocurrido esta enfermedad. Si alguien me puede sugerir algún arma mas para luchar, que me lo diga, siempre estoy dispuesto a ampliar todo lo que pueda las áreas de lucha, pero cuidado, internet está lleno de recetas milagrosas y de sustitutivos de los tratamientos médicos, a los que nunca daré credibilidad alguna. Si analizáis lo que yo he hecho, primero ha sido seguir los consejos de mis médicos y luego, mediante análisis y seguimientos de la evolución de los parámetros, complementar con productos naturales las deficiencias de mi organismo.

Ahora mi serie de vivencias positivas que esta lucha me ha permitido, el mensaje el mismo de siempre, hay que saber disfrutar los momentos positivos de la vida.
La fiesta de graduación de mi sobrina Alba, en el restaurante la Cantera y un paseo en moto con ella, que disfrutamos los dos.



Una nueva escapada a Punta Cana, hermoso paraíso del que disfrutar.


Otra escapada a una casa rural en Jalón con la familia.


Pero sobre todo, ver crecer a mi nieto, aquí en su primer cumpleaños.



Amigos míos, esta es mi experiencia, desde que me dijeron que tenía cáncer mi capacidad para apreciar pequeñas cosas de la vida creció mucho, yo creo que merece la pena, por eso no dejaré de repetir:

Nosotros ya hemos ganado.